El estudio y conservación del jaguar en Nayarit

El occidente de México es un paisaje dominado por los humanos, por lo que la competencia con el jaguar por los recursos se intensifica cada vez más, el hábitat se está fragmentando a tasas aceleradas y las poblaciones de jaguar están en riesgo de desaparecer en esta región del país. Mantener la conectividad del hábitat ayuda a revertir el proceso de fragmentación (Coleman, 2003). La identificación de áreas que funcionen como corredores biológicos que ayuden a mantener la conectividad es fundamental para la conservación del jaguar a largo plazo (Sanderson, 2002). Los corredores de hábitat permiten que los jaguares y otras especies de animales y plantas puedan ocupar nuevas áreas y mantener la variabilidad genética. Pero es esencial proteger estas áreas y reducir en lo posible el conflicto con los ganaderos.
En la región existen áreas reconocidas para los jaguares: Sierra de Vallejo, Aguamilpa-Picachos, Sierra de San Juan, Costa de San Blas, Sierra Madre Occidental y la región de Marismas Nacionales (Villar com. pers.) que deben estar interconectadas. En la actualidad, la conservación de lo felinos en áreas donde coexiste con el ganado está ligada estrechamente a la colaboración y aceptación de las comunidades hacia los felinos y al apoyo otorgado a los afectados.
Un programa de atención a ganaderos afectados por el jaguar favorece la conservación de la especie. El programa sugerido implica diversas acciones, que van desde la visita para realizar un diagnostico, la translocación de los individuos-problema y compensaciones. Además, se sugiere que se realicen estudios para determinar qué factores favorecen la depredación de ganado. Si hubiera la necesidad de capturar individuos, se aprovechará para realizar estudios conductuales, fisiológicos, enfermedades y genéticos.
Este programa sólo es posible con la colaboración de las diversas dependencias y grupos involucrados directa o indirectamente con el jaguar: CONANP, PROFEPA, SAGARPA, INADES, SEDER, URG, ONGs, entre otras).


Resultados parciales del estudio de depredación de ganado realizado en Sierra de Vallejo, municipios de Bahía de Banderas y Compostela, Nayarit


En el ámbito rural del estado de Nayarit, la ganadería extensiva de agostadero es una de las prácticas más comunes entre las tradicionales labores del campo; esta actividad productiva es, en algunos casos, el principal sustento de las familias y, en otros casos (los más numerosos), una actividad complementaria que ellos mismos reconocen como “un ahorro”, que les permite capitalizarse rápidamente en casos de necesidad. En ambos casos, perder animales por causa de algún depredador les da motivos suficientes para cobrarse por su propia mano, ya sean coyotes, pumas o jaguares, los ganaderos personalmente o contratando a un tercero sacrifican a los depredadores justificando la protección de su patrimonio. Más del 80% de los casos estudiados han afirmado que, de ser compensados, no tendrían que deshacerse del depredador.


Resumen de la metodología

Existe una red de apoyo que los ejidos y los vigilantes comunitarios conocen, que canaliza los casos ya sea a nosotros como asociación civil o al Departamento de Vida Silvestre de la delegación de SEMARNAT en la ciudad de Tepic. Nuestra posición es más cercana a los casos de depredación de la Sierra de Vallejo, por lo que la atención puede ser más expedita. En todas las poblaciones visitadas se ha comprobado la presencia del jaguar (Panthera onca), se realizaron encuestas preliminares formales y cuando se obtenían quejas de depredación se visitaron los predios. En muchos casos no se encontró el animal depredador, principalmente porque pasaban más de 72 horas entre el ataque y la atención o por que el ganadero prefería quemar o enterrar el becerro muerto. Cuando se encontraban los restos del animal atacado, se analizaba el patrón de ataque: ¿Dónde atacó? ¿Quebró el cráneo o sólo lo perforó? ¿Arrastró al animal y lo cubrió o sólo lo dejó en otro lugar? ¿Tenía vestigios de sus garras al cazar? ¿Dejó alguna otra huella o rastro? ¿Qué rastro dejó en su acto de depredación? ¿En caso de depredar becerros, la vaca o el toro intentaron defender a la cría? En varios casos se encontraba presencia de agujeros o marcas hechos por caninos en el cráneo o en el cuello; otras se encontraba que el jaguar había comido sólo las partes más blandas (ubres o la lengua y labios); en otras ocasiones devoraba los sesos, trituraba el cráneo al igual que otros huesos como las costillas o los huesos de cuartos delanteros o traseros. Normalmente, el propietario, ganadero o vaquero que cuida el ganado conoce bien a su ganado y sabe qué tipo de animal es el que pierde. Si encuentran algún vestigio, en muchos de los casos se reportaban pérdidas de animales de los que nunca se había rastro. Sin embargo, por huellas o por escuchar a los jaguares en la noche, los ganaderos infieren que es el depredador, y de inmediato se piensa en buscar parar el problema sacrificándolo. Afortunadamente, cada vez es más firme la red de apoyo; sigue vigente la esperanza de los ganaderos en una compensación dentro de la ley.


Del ganado depredado
Según lo observado en Sierra de Vallejo, la depredación de ganado no es exclusivamente sobre bovinos. Se han registrado pérdidas en equinos (burros, mulas y caballos), porcinos (puercos semi estabulados) y ovinos (borregos, principalmente), siendo una constante la depredación sobre animales jóvenes inexpertos o viejos y enfermos. El periodo de secas, cuando los becerros nacen, es la etapa en que se agudizan los casos de depredación, claramente por ser una fuente de alimento relativamente fácil de cazar y dentro de su ámbito hogareño. En algunos casos en que los becerros atacados eran más grandes, se registró supervivencia; éstos presentaron un problema de infección, que si se atienden eficientemente se pueden salvar. Se registró que muchos ganaderos no saben cómo curar a sus animales atacados, y aunque los saturen de antibióticos, mueren por la infección local. Lo que ha funcionado es llevar en los equipos de atención a estudiantes de veterinaria para que les enseñen a curar.
En varios casos encontramos que los ganaderos cuelgan los cadáveres de los animales para esperar al depredador y sacrificarlo, en otros envenenan la presa. Los ganaderos reportan que el veneno que usan es tan efectivo que los jaguares quedan a menos de 20 pasos del animal depredado.


Del ganado depredado y la integridad del hábitat

Según lo observado, los jaguares normalmente atacan a individuos pequeños (entre 80 y 150 kilogramos), aunque hay registros de ataque a animales adultos con pesos superiores a los 300 kilos. Se ha observado que cuando hay abundancia de presas, incluso de bovinos, el jaguar puede comer selectivamente algunas partes de la presa y depredar sobre otros en corto tiempo. Igualmente se ha visto que si no hay abundancia, éste puede regresar tres o más veces a devorar su presa, mascando huesos inclusive. En los sitios en donde se han observado ataques a ganado, se registra también un hábitat no íntegro en el que la actividad ganadera supera el índice de agostadero que mantendría en salud el ecosistema, además de que la caza furtiva de todas sus presas mantiene a los depredadores en un estrés constante. Por esa razón, en Sierra de Vallejo se han instalado ya los primeros criaderos de venados y pecaries de collar con fines de reproducción, autoconsumo, diversificación de la actividad productiva y pecuaria, y liberación, con el fin de disminuir la presión de los depredadores ante la escasez de presas en un hábitat explotado por el hombre.
 

Del sistema de reporte de pérdidas y atención a pérdidas de ganado 

Mediante las encuestas realizadas y entrevistas directas con afectados por jaguar, se ha detectado que una gran mayoría de individuos ganaderos y vaqueros están en condiciones y en disponibilidad de permitir que se realicen acciones para ayudarles a solucionar el problema. En la mayoría de los casos externan que con sólo recibir una compensación sería suficiente; en otros, la expectativa es que se lleven el problema o que se lo solucionen definitivamente.
En todos los casos nos hemos cerciorado de que el ganadero, vaquero o persona del campo requiere atención de inmediato. Saber que al realizar una llamada va a tener personas en su comunidad de forma rápida y expedita, los hace sentirse atendidos y escuchados, razón suficiente para ser colaboradores del proceso, claro, siempre con la expectativa de ver retribuida su buena acción, o su acción correcta, en este caso dar parte a las autoridades, mediante una digna compensación.
Por lo general los ganaderos aceptan consejos sobre manejo ganadero, ya que saben que están perdiendo y tienen su patrimonio en riesgo. Una condición del pago compensatorio debe ser que el ganadero mejore su técnica de manejo, que en el 100% de los casos es corresponsable de la creación del conflicto al hacer uso de las tierras de jaguar como zonas de pastoreo subsidiado por la naturaleza.
En muchos de los casos, los reportes llegan al presidente del comisariado ejidal y a su mesa, misma que debe estar bien enterada de que sacrificar un jaguar es un delito federal y que hay intención y capacidad del gobierno federal o la dependencia correspondiente para ayudarles a atender su problema.


De los actores dentro del conflicto ganadero 

En la región de Sierra de Vallejo hay un caso ejemplar dentro del ejido de Úrsulo Galván, municipio de Compostela, ya que ellos mismos destinaron una superficie de cerca de 850 hectáreas como “santuario del jaguar”, razón suficiente para que obtuvieran de las autoridades apoyo para circular con alambre esta superficie y lograr la primera zona de exclusión ganadera de la región, un área digna de estudio que en menos de cinco años ya da muestra de franca recuperación para bien de los jaguares y de todas sus especies asociadas. Esta zona está siendo beneficiada con un pago del programa de Servicios Ambientales hidrológico de la CONAFOR.
La zona de exclusión ganadera ha sido razón de varios conflictos, pues se dice que ganaderos de otros ejidos rompen el alambre para permitir que sus animales entren a la zona de exclusión rica en alimento. Los ejidatarios que protegen su selva han pedido que se intervenga en este conflicto, por lo que se han convenido y realizado reuniones de mediación y resolución del conflicto en lo que han asistido representantes estatales de la SAGARPA, Secretaría de Desarrollo Rural Estatal (SEDER), Procuraduría Agraria, SEMARNAT, Vida Silvestre, PROFEPA, CONAFOR, representantes de las Confederaciones Ganaderas y de los ejidos en conflicto. Las reuniones han sido fundamentales para dirimir problemas y sumar a los ejidos más renuentes en los programas de atención al conflicto ganadero. Se recomiendan en los casos de depredación para que, desde las autoridades agrarias y el marco de la ley agraria, se les aclare por qué y cómo se pueden y deben respetar las leyes dentro de su actividad pecuaria.
El apoyo de los líderes del gremio ganadero es recomendable al iniciar con el programa de compensación o cualquier otro de intervención social dentro del ramo.


Educación y capacitación de los propietarios ante la depredación 

En este tiempo se han realizado varias pláticas, charlas informativas y de capacitación a diversos grupos, siendo los ejidos los más socorridos Estas organizaciones sociales son las de más peso y capacidad de convocatoria en la región. En los salones ejidales se pueden hacer las reuniones informativas o educativas tanto a ganaderos como a niños o familias de los ganaderos. Sensibilizar a niños ha servido como parte de la educación integral de la familia para afrontar el problema y para detectar los casos donde se da la depredación, ya que los niños nunca ocultan los casos en los que los padres cazan, pierden becerros por “el tigre” o incluso cuando sacrifican jaguares. 
La capacitación continua con pláticas y herramientas frescas es importante. Es recomendable que se acompañen estas pláticas con promoción a otras actividades productivas o programas de fomento, ya que en muchos de los casos la ganadería es uno de las pocas alternativas económicas que estas comunidades tienen y que se les ha fomentado desde hace cinco décadas en promedio. 
En la mayoría de los casos, los hijos de los ganaderos ya no quieren seguir con esta actividad y esperan alternativas para no emigrar al norte; en otros casos, la actividad ganadera de agostadero es demasiado rústica y no es rentable. El ganadero cambiaría su actividad si tuviera una alternativa viable y rentable; lo cierto también es que es una actividad arraigada que debe cambiar de forma paulatina y que está muy arraigada en la cultura y vida productiva de la población rural, razón por la que atender de inmediato el conflicto ganadero de depredación por jaguar es innegable e impostergable, para evitar perder más individuos en manos de ganaderos que defienden su patrimonio.

De los casos de jaguares sacrificados “por encargo” 

En las visitas a los ejidos del norte de la reserva nos encontramos con casos en los que se contrata a personas para que maten a los jaguares problema, estos cazadores a sueldo promueven el que los ganaderos se cobren por su propia mano, son detractores del programa de compensación y de cualquier otro programa de apoyo gubernamental. Regularmente son cazadores furtivos de todo tipo de animales bien reconocidos en las comunidades pero los vecinos no se atreven o rara ves se atreven a delatarlos ya< que se reconocen como gente armada y violenta. En cualquier caso se recomendaría fomentar que se atrape a uno de estos y se le aplique una pena ejemplar con amplia exposición en los medios de comunicación tanto locales como regionales y nacionales.


De los casos de depredación registrados
 La Sierra de Vallejo sólo tiene dos municipios, pero se reconocen muy claramente los casos por ejidos:

Ejido Bella Unión, 32 ataques reportados
Ejido Cándido Salazar, 23 ataques reportados
Ejido Altavista, 15 ataques reportados
Ejido Nuevo Ixtlán, 11 ataques reportados
Ejido Puerta de la Lima, 10 ataques reportados
Ejido Sayulita, 12 (porcinos) ataques reportados
Ejido San Francisco Zapotán, 30 ataques reportados
Ejidos de Valle (San Vicente, San Juan, Valle de Banderas, San José), 22 ataques reportados
Ejido de El Colomo, 12 ataques reportados
Ejido de El Capomo, 15 ataques reportados
Ejidos de Zapotán, Ursulo Galván, Punta de Mita, Bucerías, Higuera Blanca y la Cruz de Huanacaxtle), menos de 10 ataques reportados.

Nota: El ejido de Úrsulo Galván ha disminuido drásticamente sus reportes porque se han convencido de que la actividad ganadera no es la más rentable, y ya están transitando hacia otros modelos de producción y programas de fomento a la conservación.